19 abr 2009

Estrategias contra el olvido

Era miércoles y caminaba por Bulnes y Santa fé. De frente veo venir tres nenes, no más de doce o trece años cada uno. Abrazados, trastabillando, cada uno con su bolsita de vaya uno a saber qué. ¿Qué hacían? Aspiraban alguna porquería que los hiciera olvidar su propio olvido.

Era viernes y estaba por pesar las verduras en Coto. Adelante mío un señor, no menos de setenta años. Concentrado, tipeaba con sus dedos vaya uno a saber qué. ¿Qué hacía? Mandaba un mensaje de texto para no permitir que lo olviden.

Cada uno se las rebusca como puede. La sensación de olvido es dolorosa.

No hay comentarios: