3 dic 2009

Pesadilla desdenatada

De verdad fue angustiante. Sentía que uno a uno se me iban cayendo los dientes, me angustiaba porque pensaba que era muy joven para estar pasando por eso y no sabía cómo lo solucionaría. Decidí que la forma de saber si era un sueño o era real sería llegar a un espejo. Fui al baño, me paré frente al espejo e intenté prender la luz pero no pude. Tiene que ser un sueño, pensaba. Finalmente en otro cuarto pude encender la luz con miedo a lo que me encontraría reflejado. Me desperté. Ufff... qué fea pesadilla. Me toqué todos los dientes con la lengua y seguí descansando.

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