31 mar 2011

Quiero ser la hormiga tigre


Son un enigma. Los seres masculinos que transitan por el planeta tienen esa extraña cualidad de no darse cuenta, de hacer como si nada (completamente convencidos de que no pasa nada), de ignorar la situación hasta que ésta es una bomba de tiempo con el detonador a punto de llegar a cero. Son así, seguramente, como una defensa evolutiva a los constantes planteos (a veces infundados) de nosotras, los seres femeninos. El riesgo de esta adaptación de su comportamiento social es que se perfeccione al punto de no poder ni siquiera percatarse de la (mala) situación hasta que se vuelva verdaderamente grave, cuando el sacudón para caer en la realidad sea tan fuerte que desacomode los alrededores de la vida.

Conclusión: después de un terremoto necesario para hacer notar que las placas profundas de una relación se están quebrando, viene el trabajito de hormiga necesario para ordenar con paciencia la superficie a la espera de que el suelo de los dos vuelva a ser uno.

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