Estamos en una pista de baile y una amiga dice: ¡estás poseída!.
A lo que aclaro: No no, ¡¡recibida!!
Y así fue como volví a bailar como hace mucho no bailaba. Eso sí, la edad quedó al descubierto cuando me contorsioné fanática ante un tema de Vilma Palma.
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