19 ene 2010

De vuelta. Acá soñar cuesta más.


A Tandil se lo promociona como "lugar soñado", y en verdad al estar ahí esa definición me parecía que le quedaba un poco grande a ese pueblo entre sierras con gente muy amable que dormía de una a cinco de la tarde haciendo que el centro, su centro, estuviera desierto. Vamos, tenía lugares lindos pero no era para tanto alarde. Pero ayer volví acá, a la capital del país, y mientras caminaba por avenida santa fe entre cartoneros revolviendo basura y miles de autos acelerados para llegar a vaya uno a saber donde comprendí a lo que se refería la frase. Tandil no sólo es un lugar soñado, es un lugar donde es más fácil soñar.

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