11 oct 2009

Hay un lugar...


Me siento en la mitad del pasto, miro a mi alrededor y sonrío. El pasto verde, algunas lechugas invasoras pero nada irrecuperable. Mis dos perros, sanos, felices, fuertes, tan truchos como lindos. Los árboles enormes, floridos y llenos de color. Una casa prolija, que se banca que le entren ladrones y la rompan porque sabe que la vamos a curar. Un caminito de lajas arreglado. Y yo sentada en el medio de todo eso, feliz. Se siente el olor a pasto recién cortado y se escucha a los pájaros cantar.

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