Después de pasar exactamente 45 minutos escuchando la historia de su perrito convulsivo y de cómo ella había decidido ir modificando los tratamientos según lo que le parecía, le expliqué el tratamiento que le íbamos a hacer.
-Ah, pero mirá que las otras tres veterinarias con las que hablé me dijeron que seguramente le harían otra cosa.
-Bueno, si querés lleváselo a alguna de ellas.
A veces me canso.
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