La sociedad está tan rota como las instalaciones del estadio de fútbol. Todo es un descontrol, como si lo que estuviera en juego fuera un tira y afloje entre la vida y la muerte, lo único de lo que no se vuelve. Pero no, es un simple partido de un deporte que supo generar tanta violencia y exageración como seguidores. Días como hoy festejo que mi vida no sea marcada por once tipos que corren la pelota de un lado y del otro, y millones más que persiguen intereses vacíos. Esto de deporte no tiene nada, y me tiene bastante harta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario