5 abr 2010

Impoluta

Te miro sonreír, te escucho reír y pienso. Tan alegre, tan inocente, tan impermeable a la realidad que te rodea fuera de la seguridad y los mimos de tu familia. Afuera hay historias tristes, horribles. Algunas por culpa de otras personas, algunas por culpa nuestra y otras a las que ni siquiera se les puede encontrar responsables. Untate aceite, que todo te resbale, que nunca nada te quite esa alegría ante un gusano de peluche que se acerca por la pared y te salta a la nariz.

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