13 jul 2011


Incomparable compañía la de la música, voy por la calle o en el subte y tengo que luchar con las ganas irrefrenables de bailar que me invaden. Opto entonces por una canción más tranqui, más lenta y mi mente se eleva, se va, se pierde, se emociona. Sonrío y creo que la gente me mira: amo la música, amo el baile, y agradezcan que no me paro y monto mi propio show.

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