30 ene 2011

Un tropezón fue caída

Bajando las escaleras de una cafetería me tropiezo. Empiezo a sentir que me caigo, todo va en cámara lenta, mi brazo derecho en alto para que no se me vuelque mi café frío con dulce de leche y crema. Apoyo mi brazo izquierdo sobre los escalones, caigo uno más pero freno con la espalda y, bendita sea la tapa, mi café sigue intacto. Por fin se frena mi caída pero al levantarme noto que se me rompió el zapato. Me pongo de pie, medio dolorida y riéndome mucho: "semejante caída y no es con alcohol sino con un café".
Mis amigos me felicitan por la elegancia, mi novio por el auto control, dicen que sólo me faltó saludar al incorporarme.
Soy un show gratuito.

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