17 dic 2010

La vieja está en la cueva


Es de noche y llueve. Mi novio no está conmigo porque tiene una de esas actividades en las que no hay ni un mínimo espacio para mí: su fiesta de fin de año del trabajo. Además estoy bajo el efecto de ibuprofenos periódicos desde las ocho de la mañana cuando comenzó mi día, ser mujer no es gratis. Me comí una rodaja de pan dulce después de trabajar durante el día ocho horas que me gasté en ocho cuadras en regalos navideños (y todavía me faltan). Pero como soy feliz y mi sobrina me dice tía y corre riéndose por la casa, está todo bien.

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