3 nov 2009

Freidora humana


Volás de fiebre. Si tirara un huevo crudo encima tuyo, definitivamente obtendría un huevo frito. Sí, sin dudas. Te pongo una servilleta embebida en agua fría una y otra vez sobre la frente. Es increíble, la evaporás. Te abrazo, te rasco la cabeza, te hago mimos, me acerco, me separo, te apago la tele, te prendo la luz, te traigo jugo, te amo. Pasó ya casi una hora, bajo el termómetro para tomarte la temperatura de nuevo, está bajando y se nota, no dejás de transpirar. Unos masajes, un poco más de jugo: ¡Bingo! 36,9ºC.
Me mirás y me sugerís: - (...) tenés que poner en tu blog.
-No amor, en el blog no van cosas tan explícitas.
-Ok, entonces poné que sos el mejor antipirético.
-Dale, qué romántico.

No hay comentarios: