8 dic 2011

Charla de consultorio

Te ofrezco una masita con dulce de leche y así comienza la historia. Te sentás, hablo por teléfono, arreglás una salida y te hago algunas preguntas inocentes de tu vida. Me contás, abiertamente, un montón de hechos significativos en tu historia. Se me pone la piel de gallina, te escucho y te admiro por estar en pie. Cuánta vida tenés encima, qué escala de valores diferente manejás después de tanta adeversidad. Tenemos en común la necesidad de ayudar al otro extralimitándonos de lo que atañe a la profesión... pero a vos la vida te llevó por un camino de aprendizaje acelerado.

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