Triste la existencia de los que no saben lo que es la vocación, la pasión por lo que se aprendió y la intriga por lo que se desconoce. Las ganas de probar, de acumular experiencia y compartirla, de ser quien logre lo que otros no pudieron. Patentar una idea, revolucionar la profesión, ayudarla a fortalecerse y a crecer. Ser conciente de la propia ignorancia y de la sabiduría también, tampoco es cuestión de subestimarse, y aprender de los errores y de los aciertos.
Qué pena si por hacer sólo frías cuentas te perdiste de esto... hay que sobrevivir, es cierto, pero además hay que saber vivir.
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