
Llegamos a Starbucks y nos acercamos al mostrador para elegir qué tomábamos, pero ni mis amigos ni yo podíamos elegir porque no alcanzábamos a leer lo que decían los carteles por más esfuerzo visual que hiciéramos.
- Chicos, ¿toman algo?
- ¡¡Es que no elegimos porque ni leemos!!
- ¿Quieren una carta?
- Sí, dale. Buenísimo. ¡Gracias!
Ya no somos los jóvenes de antes, es más, ayer éramos los más viejos de la fila. Y se notó.
4 comentarios:
No te olvides del: "Gracias Jovencito"
Jajajjaa, cierto cierto.
y eso que no estaban conmigo! Tengo -2 de miopía declarada. No reniego: prefiero tener eso a astigmatismo. POr lo menos no me veo las patas de gallo.
Besos!
Claro, siempre puede ser peor! :-)
Saludos!
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