
Me enamorás siendo más simple que sofisticado, eligiendo una billetera o unas flores, aunque no coincidamos en ningunos de los dos casos. También manejando y sonriendo por mi entonación desafinada de melodías, así de sencillo.
Esos son los instantes en los que te miro y te encuentro tan lindo como quiero, y entonces me mimetizo con vos. Olvido el grano bajo mi ojo y me creo linda. Después de todo, sólo me importa tu mirada.
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