Somos más que antes aunque nos veamos menos.
Compartimos noches aunque sea dormidos, somos una dupla fabulosa en la cama: uno duerme y el otro también.
El miedo a dejar de extrañarte fue desplazado por el temor a no recordarte. Si nos vinimos a vivir juntos me pregunto por qué cuando está uno nunca logra estar el otro.
Somos tácitos, y a pesar de esto, yo estoy más enamorada que antes.
Tengo un moño en la cabeza porque para vos estoy regalada. Eso sí, quizás no lo veas porque mi cabeza reposa sobre la almohada mientras yo sueño que es tu hombro.
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